Es difícil sentarse a escribir sobre tus sentimientos, tus miedos, tus amores... es más fácil inventarnos mil y una historia, y aún así eso tampoco es del todo fácil.
Pero ¿por qué queremos escribir historias, inventarnos mil aventuras...? ¿lo hacemos para huir de nuestra realidad, al igual que cuando leemos, o lo hacemos para contentar a alguien?
A veces escribimos para liberarnos de nuestras pesadillas, para desahogarnos. Y es por eso mismo que escribo: yo escribo para mí.
Y puede que esto no lo lea nadie, o puede que sí, pero la verdad es que ya me da igual quién mira mis publicaciones y quién no. Tal vez por eso ya casi no pongo aquí todo lo que escribo. También puede ser por el miedo que me da exponerme al dolor que me pueden hacer al descubrir cómo soy realmente.
Esta entrada en sí no tiene sentido, simplemente me he sentado delante del ordenador y he escrito sin pensar en un orden, en una coherencia... así es como pensamos ¿no? de manera caótica. Y así es como vive la mayoría de personas.
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